Desde antes de las 4:00 de la madrugada de hoy domingo 25 de junio, ya se podían observar largas filas en los módulos de verificación vehicular en el estado de Puebla. La mayoría de los conductores contaban con cita y acudieron en el periodo que les correspondía realizar este proceso, pero esperaron hasta siete horas en pasar.
El señor Roberto, quien estaba acompañado de su esposa, afirmó en entrevista para e-consulta que tenía cita y venía de la colonia Gonzalo Bautista, pero cuando llegó a las 4:00 de la mañana le tocó formarse dando la vuelta a la manzana del centro de verificación La Ciénega; pese a que madrugó, le tocó la ficha número 33 y aunque ya eran las 11:30 de la mañana, todavía no pasaba.
«Pensamos que no nos iba a tocar, parece que sí ya vamos a pasar (…) La vez pasada (hace una semana) no había gente y lo dejamos a la última hora», indicó.
Otros automovilistas que se atrasaron con el trámite y contaban con cita también acudieron, como el caso de Enrique Flores que le tocaba en febrero, pero no lo pudo hacer antes por falta de recursos ante la crisis económica, ya que tenía que comprar el catalizador y pagar el servicio de su auto, por eso lo dejo hasta este día, no obstante, llegó a las 6:00 de la mañana desde Tepatlaxco, pero era medio día y aún no le tocaba ficha, además se anunció con un cartel que se atendería hasta las 18:00 horas por la ampliación que se anunció.
«La compostura del carro no es tan fácil, son gastos muy fuertes, el catalizador costó 4 mil pesos, el servicio de carro fueron como 6 mil pesos de gastos; entonces como la economía no es tan fácil en este momento, pues se fue dando hasta esta fecha (…) Pregunté con unos jóvenes que pusieron un anuncio allá, dicen que nada más hasta las 6:00 de la tarde el servicio y 700 unidades están autorizadas para este día, pero por lo que veo con cita o sin cita están pasando», señaló.
Sin embargo, otras personas como Daniela se aventuraron acudir sin cita, ella se formó desde la 6:00 horas para ver si la dejaban realizar el proceso a su auto.
«Sin cita, llegué desde las 6:00 de la mañana, la fila no avanza, cuando llegué me tocó formarme muy lejos, por halla como tres cuadras adentro», reveló con algo de pena a este medio.
También hubo unos que se salieron de la fila al enterarse de la ampliación del periodo para la verificación vehicular hasta el 31 de julio, y algunos conductores como Yolanda también se tentaron a hacerlo, pero luego se volvieron a reincorporar a la fila.
«Me tocó la fila adentro de la colonia Maravillas, yo iba llegar a las 5:00 am, igual y pasaba antes, pero me quedé bien dormida, llegué a las 7:00 de la mañana y pues ya no pude pasar (…) Todo tranquilo, de hecho se salieron, bueno se salió uno y hay íbamos atrás de él, y ya cuando vimos: ¡Nooo!, y nos salimos de la fila, pero todos dijeron: ‘no, no ,no, sabíamos que iban atrás’, y ya nos volvimos a meter (en la fila)», explicó.
Respecto a la prórroga de un mes, que anuncio el gobernador del estado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, muchos conductores consideraron que lo debieron anunciar antes, pero lo vieron bien para quienes aún no han hecho este trámite y no se les multe.
Daniela dijo: «aún así, no hay citas», por ello decidió esperar y acudir sin cita para verificar su auto.
Ventas aumentan por verificación en Puebla
En el recorrido que hizo e-consulta, se pudo ver a un vendedor de protectores de sol para las ventanas de autos, pero no quiso dar entrevista.
También en la zona hay una miscelánea donde su dueña Maru dio a conocer que sus ventas aumentaron un 30 por ciento por este proceso. El agua es lo que más demandan, aunque dijo que hay muchos vendedores informales de este producto en las calles, alrededor de la fila por la verificación.
«Si un 30 por ciento, a nosotros nada más nos beneficia cuando hay clases, cuando no baja. (…) Nos da mucho gusto que se amplíe el proceso», concluyó.
Es así como los poblanos viven el proceso de verificación vehicular en la capital de Puebla, donde pasan varias horas esperando y algunos de ellos aprovechan para dormir, revisar su celular, incluso leer un libro; también hay quienes se bajaban de sus autos y platicaban con el vecino o compañero que se encontraba en la misma situación.